Dónde estamos
La Llena · Servicios y proyectos ambientales
Abadia, 8
25400 Les Borges Blanques
Tel 973 143 038
La Abadia vella, una nueva sede y un espacio para la creación, el aprendizaje y el conocimiento de la sostenibilidad
La apuesta de La Llena por la restauración y rehabilitación de la abadía vieja de les Borges y su conversión al nuevo uso ejemplifica los valores sociales y ambientales de la empresa:
- compromiso con el pasado y respeto por el patrimonio
- compromiso con la comunidad
- compromiso con la sostenibilidad, edificio eficiente
- responsabilidad social, garantizando las mejores condiciones de trabajo y confort
- visitable, dotada de una función pedagógica
La Abadia vella de Les Borges Blanques
La Abadía es un edificio histórico de les Borges Blanques recogido en el inventario de bienes del patrimonio arquitectónico de Catalunya del Departamento de Cultura. El inmueble, situado en el barrio más antiguo de la población y al cual daba nombre, data del siglo XIV y responde a la proximidad del templo parroquial de Sant Pere (San Pedro) del que lo separaba el antiguo fosar, siguiendo el patrón original de asentamiento iglesia- cementerio- rectoría que se ha mantenido en las aldeas que menos cambios han experimentado. Su uso religioso perdurará hasta 1936, momento en que los presbíteros se alojaran temporalmente en domicilios de particulares y así hasta 1949 en que, con fondos del programa de Regiones Devastadas, se construye la moderna rectoría que se ubica en el solar contiguo, detrás de la iglesia. Después de la guerra civil, la Abadía se convierte en una vivienda familiar hasta el año 1999 la abandona su última habitante y permanece inhabitada.
En el año 2005, LA LLENA, una empresa de servicios y proyectos ambientales, adquiere el edificio en estado de semiruina. A principios de 2007 emprende la rehabilitación y finalmente en 2010 instala las nuevas oficinas.
Puerta de entrada
Puerta original en madera y forro metálico en el exterior que data previsiblemente de la última década del siglo XVIII. Alguna de les piezas que lo forman podría tratarse de recortes reaprovechados de un antiguo retablo, un cabezal de cama, etc.
Escalinata y lavadero
Esta es la escala original a la que se ha añadido el escalón inferior y se ha suprimido el balaustre izquierdo por la irrupción de la caja del ascensor. Originalmente, por alguna razón que se ignora cada peldaño llevaba inscritas tres cifras en orden ascendente del 1 al 15 (1, 2, 3, 4, 5, 6, ..) que se reproducen igualmente. El lavadero de piedra, antes situado en la sala anexa, es excepcional por su dimensión. Probablemente era utilizado por la asistente del cura o curas, la mayoral, que se hacía cargo de todas las tareas domésticas de la rectoría, entre ellas, la limpieza de la ropa.
Silos de grano
Receptáculos excavados en la roca, en este al tapàs, nombre popular que se da al tramo de margas finamente laminadas y con presencia de arcillas y de color azulado. Antiguamente la mayor parte de viviendas disponían de ellos para el almacenamiento y conservación del trigo y otros cereales de grano. El edificio disponía de dos en forma cónica- oval y base plana. Tienen una capacidad aproximada de 5 m3 cada uno. Durante la obra, en el sitio dónde se encuentra la caja del ascensor, también apareció un lagar de base cuadrada recubierto con azulejos o baldosas vidriadas para el almacenamiento de aceite o vino.
Escalera de piedra y balaustre de hierro fundido
La cerradura de escala forma parte de la obra nueva, así como los escalones de piedra que han sido reutilizados de otro edificio cercano situado en la calle San Pedro, n. 2 y 4. Asimismo, se ha hecho con el balaustre de hierro fundido, el cual reproduce una simetría típicamente modernista y presente en otros inmuebles de principios del siglo XX.
Balcón de madera del primer piso
El balcón de la derecha es más antiguo tanto por la puerta y el mecanismo como por la existencia del balconcito de barrotes de madera, milagrosamente conservado, que predominó antes de la socialización de la forja y el uso del balcón de hierro que tiene lugar a partir de mediados del siglo XIX. De hecho, es la existencia del propio balcón que se generaliza a partir del siglo XVII, cuando se espacian los períodos belicosos y convulsos, ya que hasta entonces las aperturas eran las justas para la ventilación y la luz. En este sentido, en su momento esta puerta, ya se obró sobre una ventana como se observa exteriormente.
Balcón de hierro del primer piso
El año del balcón de hierro, 1861, indica el año de construcción del conjunto de balcones, es decir, el balcón de hierro, la losa de piedra y las puertas. Con toda seguridad –como se menciona para el balcón de la derecha–, el edificio ya contaba con una ventana que se convirtió en balcón. Esto lo habría hecho con posterioridad al otro balcón, todo él más rudimentario.
Viguetas o cabrios de madera
La tirada de viguetas de madera, dichos cabrios, en sección rectangular del forjado superior de la planta primera, junto con la jácena central del vestíbulo, son los elementos que se han podido mantener de la estructura de plantas originales dado su mal estado inicial y la reglamentación vigente en edificación. Según los análisis efectuados se trata de madera de pino negro y por eso, procedente del Alto Pirineo y necesariamente transportada por almadieros.
Jácena y jardineras
La viga de madera que se sustenta sobre el ventanal de la segunda planta, antes formando un bajocubierta abierto, procede de una prensa de aceite de viga y libre, sistema de prensado de las olivas que aparece en el s. XVIII y perdura hasta finales del s. XIX. Podemos deducir que se habría incorporado en el edificio al final de la vida útil del ingenio, por lo tanto, a lo largo o finales del s. XIX. La pieza corresponde al eje vertical más potente del mecanismo. Las jardineras que se sustentan en la base del ventanal probablemente habían sido comederos para el ganado reutilizadas más recientemente, a mediados del siglo XX, con el uso de jardinera, probablemente con la conversión del edificio en vivienda.
Monedas
Muestra representativa de monedas descubiertas en el transcurso de las obras dentro de un tupí debajo de una escalera. Su valor es básicamente documental, dado que se trata de un conjunto numeroso de elementos comprendidos entre s. XVII y XVIII. Dado su valor monetario escaso podría tratarse de limosnas o donaciones de los fieles.
La obra de rehabilitación y restauración
La obra de rehabilitación y restauración de la abadía vieja se prolongó tres años durante los cuales, intervinieron expertos y técnicos de diferentes campos para encontrar el encaje a las dudas que van apareciendo en una intervención arquitectónica de estas características . El resultado final de la obra ha embellecido el paisaje urbano de les Borges Blanques en un punto de la ciudad con una especial carga histórica y simbólica.
Un edificio eficiente y sostenible
La rehabilitación del edificio se ha realizado siguiendo algunas pautas de construcción sostenible también conocida como arquitectura bioclimática. Esto equivale a considerar las condiciones climáticas del entorno para aumentar la eficiencia energética y reducir el impacto ambiental, al tiempo que se mejora el confort térmico interior. Se trata de un proceso integral que abarca desde la elección y orientación del edificio al tratamiento exterior de la cubierta y los paramentos, el uso de elementos de ahorro y materiales ecológicos, y un uso accesorio o de mero soporte de sistemas mecánicos o automatismos. Así por ejemplo, el aprovechamiento de la luz natural y la ventilación cruzada no sólo suponen un ahorro económico y un menor consumo de electricidad (que ahorra la quema de combustibles fósiles y la liberación de gases invernadero), sino que mejora el bienestar de sus usuarios.